Por: Abraham Salazar
¿Alguna vez has escuchado la palabra humedal? ¿Qué tipo de región se te viene a la mente? ¿Conoces alguno?
Los humedales son zonas de transición entre los ecosistemas terrestres y los ecosistemas acuáticos, poseen una baja profundidad y normalmente son regiones planas donde la superficie del suelo se cubre de agua de forma permanente o estacional.
Sin embargo, no todo lugar lleno de agua es considerado un humedal. Para eso, el sitio debe contener el líquido durante un período de tiempo suficiente para que prospere una población de plantas acuáticas.
El agua es el principal factor que controla el ambiente en los humedales, incluyendo su flora y su fauna, y puede ser dulce, salada o salobre. El suelo o sustrato rocoso debe permitir la saturación de agua estancada o corriente de tal manera que esta permanezca ahí durante cierto tiempo del año o persistentemente. Esta agua contribuye a crear las condiciones necesarias para el crecimiento de varias especies vegetales y la creación de condiciones necesarias para formar un hábitat para muchas especies animales.
No todos los humedales son iguales, varían significativamente entre sí debido a las características particulares de cada uno y a las regiones del mundo en las que se encuentran, por lo tanto, cada humedal tiene climas, relieves y vegetación específicos.
Según el Centro Regional Ramsar, es posible identificar seis principales tipos de humedales
Los humedales son reconocidos por las múltiples funciones que desempeña
Sirven de hábitat, ya que brindan refugio para una gran variedad de fauna acuática, terrestre y de aves.
Se producen productos que sirven como materia prima para construcción, recursos alimenticios, medicinales y ornamentales, todos éstos, resultado de los procesos químicos y biológicos de los humedales.
La belleza escénica y el aporte recreativo y educacional son funciones culturales de los humedales.
Regulan procesos ecológicos esenciales para la vida, ejemplo de ello son los ciclos hidrológicos y de carbono.
Para las poblaciones humanas, los recursos y procesos asociados a los humedales, junto con la gran diversidad de beneficios ambientales que proporcionan, son de vital importancia para el abasto de agua, la filtración de sedimentos y contaminantes, la pesca comercial y de subsistencia, el amortiguamiento de eventos hidrometeorológicos extremos, así como para la recreación y el esparcimiento.